Para que nos queden bien blancos, lo primero que debemos hacer es limpiar el pescado y quitarle las espinas, dejando los dos lomos unidos por la cola.
A continuación pondremos todos los boquerones en una fuente o bol, completamente sumergidos en una mezcla de agua y hielo picado o en cubitos. Lo metemos en la nevera y esperamos al menos 15 minutos.
De esta forma, el pescado pierde toda la sangre y su carne queda blanca, aparte de que gracias al hielo no perderá firmeza.
Ahora deberemos escurrir y secar muy bien todos los boquerones, es importante eliminar todo el exceso de humedad para que el resultado sea óptimo.
Después colocaremos en una bandeja procurando que el pescado quede bien estirado y no se amontone demasiado. Añadimos sal y cubrimos todo con vinagre blanco de vino.
Dejamos a temperatura ambiente durante unas horas, el tiempo dependerá del tamaño de los boquerones.
Cuando veamos que el color de los boquerones es blanco, quitamos el vinagre, escurrimos bien y aliñamos con aceite de oliva, ajo y perejil picado.
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